Conseguir la igualdad entre los sexos es tarea difícil, aunque no imposible. Con estos escritos intento equilibrar la balanza y reconocer los méritos de muchísimas mujeres a lo largo de la historia, a la vez que analizar de dónde proceden tales desigualdades y así entre todos, hombres y mujeres, mujeres y hombres, luchar por un mundo más justo.

jueves, 25 de octubre de 2018

Premio Nóbel para mujeres.

 Arnold y Strickland han hecho historia: por primera vez en los más de 100 años de trayectoria del Premio Nobel, dos mujeres consiguen estos dos galardones en el mismo año. Este es el titular que se publica aquí

Puede esto suponer un triunfo para las mujeres, pero también supone la integración de las mismas en un mundo que se ha creado para los hombres y que valora lo que estos hacen. Luego, toda mujer que alcance dichas metas será tenida en cuenta.
Recordando la frase del libro "El gatopardo" de Giusseppe Tomasi de Lampedusa: "Que todo cambie, para que todo permanezca" me parece acertado aplicarlo a ciertos hechos y actos que incluyen a las mujeres. Pareciendo que se aceptan los cambios de la sociedad, pero en realidad es para que todo permanezca. Para ello, en estos tiempos se debe incluir a las mujeres, dejándole apenas las migajas de la tarta que ellos cortan.






miércoles, 25 de abril de 2018

A Mary Wollstonecraft

Admirada Mary: te conocí alrededor de 1990, ciento noventa y tres años después de tu muerte. Descubrí el valor de tu legado y tu vida. Una vida que procuraron ocultar porque no eras un buen ejemplo. No eras el modelo que deben aprender las niñas, y de eso tú sabías bastante: de educación. Escribiste tus Reflexiones sobre la educación de las niñas, un libro incómodo, igual que tú. Fundaste una escuela con ese mismo fin, pero todo en vano, tu esfuerzo sirvió de poco.

Y con tu vida dabas ejemplo, fuiste escritora profesional e independiente en el siglo XVIII, cuando las teorías de Rousseau  estaban vigentes.  Decía que “una mujer sabia es un castigo para el esposo, sus hijos, para todo el mundo”. ¡Seguro que fuiste a París durante la Revolución solo para reprenderlo! No me extraña, aunque ya había muerto 14 años antes.

Supongo que tu carácter luchador y reivindicativo, está moldeado probablemente  por las injusticias que viviste en tu casa. Un padre que dilapidó el patrimonio de la familia, maltratador y borracho, tu  hermano Ned, no tan brillante como tú, pero estudió en un buen colegio. ¡Es todo tan injusto! Y tú tan inteligente y con ese coraje.  

En tu lucha, te distes cuenta que también había muchos hombres progresistas, que pedían libertad, sufragio universal. Pero eso..., solo para los hombres.
A pesar de todo supiste defenderte en la vida ejerciendo los oficios que las mujeres podían realizar: maestra o institutriz, cualquier cosa era buena con tal de ser independiente.  Ya a los 29 años comenzaste a vivir de tus escritos, todo un mérito, incluso el círculo literario de Londres te aceptó y te consiguió un editor que  pagara por tus libros.
A pesar de no haber asistido a la escuela el tiempo necesario, tu ansia de conocimiento no tenía límite. Tu hija Mary puso en boca de su Frankestein estas palabras:
¡Qué extraña cosa el conocimiento. Una vez que ha penetrado  en la mente, se aferra     a ella como la hiedra a la roca.”  Te hubiera gustado conocerla.

Comprometida políticamente en un mundo cambiante en todos los aspectos, excepto en los derechos de las mujeres, tuviste la valentía de ponerlos sobre papel, después de escribir Vindicación de los derechos del hombre, apoyando los ideales de la Revolución Francesa.
Luego pensaste que la libertad o es para todos o no es para nadie, como decía Condorcet, y escribiste Vindicación de los Derechos de la mujer, pero pagaste un alto precio: la censura social, la incomprensión y la polémica se instaló en tu vida.

A esto se unía tu vida amorosa. Como dama educada en el puritanismo de la época, el sexo era algo indecoroso. Pero creo que cambiaste de idea en brazos de ese americano que conociste en París, Gilber Imlay, un vividor que te dejó embarazada. Y que te dejó por una actriz antes de  nacer tu hija. Lloraste, suplicando que volviera. ¿Por amor o por no ser una perdida ante los ojos de esa estrecha sociedad? No creo que eso te importara mucho. El caso es que con 37 años te casaste con Willian Godwin, escritor como tú y  te dio la hija que expandió tu legado y que ella misma era tu continuidad: Mary Shelley, creadora de Frankestein. Un libro que marcó un nuevo estilo en la literatura. Pero no pudiste verlo, ni disfrutar de la inteligencia de tu hija, hubieras estado orgullosa, la vida es así. En solo diez días de su nacimiento, te fuiste por una infección. Fiebre puerperal le dicen.

Tu marido desconsolado, por hacerte un homenaje publicó toda tu obra, pero no corrían buenos tiempos para las mujeres, y menos feministas libres e independientes. Se desvalorizó tu obra. Llegaste a ser una inmoral loca y ridícula. Finalmente, el trabajo de los historiadores seleccionó personajes ilustres: filósofos, matemáticos, escritores, pintores, para que formaran parte de sus libros. En esa selección no entrabas tú. No entraba ninguna. ¡Mal ejemplo para las chicas¡

    Pero no para tu hija, en cuya cabeza bullían las mismas pautas que marcaron tu vida.

Ahora Mary Wallstonecraft, eres uno de los pilares del feminismo, se reconoce tu obra y tu lucha, las cosas están cambiando…pero muy poco a poco.
Te gustaría saber que una de tus afirmaciones es emblema de todas las personas que luchamos por la igualdad de sexos:
No deseo que las mujeres tengan poder
sobre los hombres, sino sobre sí mismas.”

                   Espero escribirte la próxima con buenas noticias. Gracias por todo.

                                                                                                  Antonia Gómez Sousa



sábado, 10 de marzo de 2018

Cárcel rosa

He realizado este cuadro como homenaje a todas las mujeres que luchamos, para que este mundo sea algún día más igualitario. En vista de las manifestaciones del día 8 de marzo, cada vez tengo más esperanzas.
La obra consta de dos lienzos, el superior está rasgado intencionadamente. Sobre él, están pintados unos barrotes de color rosa, que representan los estereotipos y roles a los que estamos sometidas las mujeres desde nuestra más tierna infancia. Debajo un fondo de cortina. 
En el lienzo de abajo, hay una chica que grita y se manifiesta. Está pintada en blanco y negro porque hasta no salir de esa cárcel, no será persona libre.
¡Por un mundo en igualdad!
Autora: Antonia Gómez Sousa
Título: Cárcel rosa
Técnica: Acrílico sobre lienzo
Madidas: 53x43 cm.

jueves, 1 de marzo de 2018

Poema de Marta Fornés.

Marta Fornés es la autora de este poema, que recitado por ella misma se ha hecho viral. Aún así lo recojo en mi blog, porque pienso que debe perdurar y hacernos reflexionar sobre la educación que reciben nuestros hijos. Pero sobre todo nuestras hijas desde la más tierna infancia.
Desde aquí le doy la enhorabuena,y espero que a muchas jóvenes se le abran los ojos igual que a ella.

Se acabó tu historia

Tú me enseñaste a odiar,
a ver a las otras chicas como enemigas.
Me enseñaste a rivalizar incluso con mis hermanas.
Tú me enseñaste qué hacer para contentar a un hombre
porque el amor, así con mayúsculas,
es a lo máximo a lo que aspiro.
Tú me enseñaste que las mujeres debemos elegir
entre sumisa o bruja.
Me enseñaste el placer
de la necrofilia, sí, sí,
el romaticismo de besar a un cadáver.
Me enseñaste, también, ¿recuerdas? a abusar de una chica
que se queda dormida, no importa si está cansada o drogada, si está maldita o pinchada por una rueca.
Qué gran maestro fuiste, Walt Disney.
En cambio a ellos,
Ay, ¡cómo los pusiste a ellos!
Les enseñaste a ser valientes,
a abatir dragones, a trepar montañas,
a vencer temores y a empuñar espadas.
Les enseñaste a ser el rey león de la manada,
a ser HOMBRES
fuertes como Tarzán,
listos, musculados, con medallas.
¡Como Hércules, que llega y gana!
Pero a nosotras
nos diste el amor
como única opción.
Ni siquiera teníamos amigos humanos como ellos.
Solo hablábamos con tacitas y animalitos.
Así que niña, espera sentada.
¡Qué coño! Mejor espera tumbada
o dormida o muerta.
Qué importa, porque él siempre llega.
Tú estáte a la espera de que
te lleve en su alfombra a un mundo ideal.
Nos convertiste en madrastras
que explotan a esclavas,
en brujas que envenan
para ser la más guapa.
Oh, niña, abandona a tu familia
por unas nuevas piernas.
Qué más da si te quedas sin voz:
"Admirada tú serás si callada siempre
estás, sujeta bien tu lengua y triunfarás, Ariel"
Ay, niña, date cuenta de que no eres suficiente contigo misma.
Necesitas un hombre
que te diga lo que vales,
un príncipe azul que te salve,
un John Smith que te diga:
“si no lo conocieras…“
tu vida sería una mierda.
Ay, pequeña, y si por alguna de aquellas
quieres triunfar, córtate el pelo como Mulán.
Nos enseñaste a fabricar pociones
para mantenernos jóvenes
en el país de Nunca Jamás
convertidas de mayores
en cremas antiedad.
Por suerte, Walt, tu historia está terminando
porque había una vez
niñas que escaparon de sus torres,
brujas que rompieron cadenas,
princesas que dejaron de hacerse la cera
y unas a otras nos quitamos la venda.
Y empezamos a liberar el pájaro de la jaula, a aullar, a salir de noche
sin miedo a pasar de las doce,
a volar sin escobas y a liderar dragones.
Así que nosotras, las gordas, las flacas,
las que no se depilan,
las solteronas, las de las tetas caídas, las que no saben cocinar,
las que calzan bambas y no zapatos de cristal,
nosotras, las del rímmel corrido, las que no se peinan,
las que tienen novia, las que no quieren hijos,
las promiscuas, las malfolladas, las viejas arrugadas,
todas, nosotras, aquí, tenemos un lugar
donde viviremos felices y comeremos lo que nos salga de los ovarios, querido Walt.


En este enlace, se puede ver el vídeo de Marta recitando el poema. Ha sido imposible subirlo.
https://www.youtube.com/watch?v=OAG0bLbhnbo