Micromachismos son actitudes masculinas de dominación suave o invisible pero permanentes, usadas en la vida diaria, van minando la libertad y la autoestima de las mujeres y son la base de otras violencia como la psicológica, la física, sexual o económica.
Estos comportamientos afectan a las relaciones entre los sexos y son producto de la sociedad patriarcal. Se halla interiorizado en nuestra conciencia, pero debemos intentar remediarlo para conseguir unas relaciones entre iguales. El maltrato o el asesinato es el fin dramático de los micromachismos.
Estos micromachismos no son conscientes la mayoría de las veces y si se perciben no se le presta importancia, lo cual, contribuye a perpetuarlos convirtiéndose en injusticias de la vida cotidiana. Será en la pareja o en la familia
donde más se manifiesten aunque también lo percibimos en otros ámbitos de la vida:
médico, profesores…
El poder de los hombres
Los hombres tienen poder porque "... nuestra cultura patriarcal ha legitimado la creencia de que el masculino es el
único género con derecho al poder autoafirmativo: ser varón supone tener el derecho
a ser individuo pleno con todos sus derechos (y derecho a ejercerlos).”
Esta misma cultura les niega el mismo poder a las mujeres,
así los varones quedan como superiores, con derecho a tomar decisiones y
exigencias, quedando la mujer en un lugar subordinado. Además se añade la creencia de que el espacio doméstico y el cuidado de las personas es patrimonio
femenino. El espacio público, definido como superior, queda reservado al varón. Este poder queda perpetuado por la división sexual del trabajo y la
adjudicación a la mujer de las tareas domésticas.
Poder de las mujeres
Las mujeres tienen el poder de los afectos, el erótico y el cuidado maternal. En realidad son esfuerzos de
influencia sobre el poder masculino, que le impone la
reclusión en el ámbito privado. Son pseudopoderes en las que las mujeres se
hacen expertas para satisfacer los requerimientos del varón.
Por supuesto no
todas las personas interiorizan del mismo modo los modelos, pero estos roles configuran hábitos y comportamientos
masculinos dando lugar a los micromachismos que conforman un mundo injusto donde se “aplauden las conductas masculinas y
censuran a la mujer que asume otras competencias.”
Estas actitudes machistas son utilizados desde el comienzo de la relación y van anulando a la mujer como sujeto,
forzándola a mayor disponibilidad a favor del varón. Son modos no considerados
violentos, pero a la larga cumplen los mismos objetivos y efecto,s logrando
perpetuar una distribución injusta de poderes, derechos y oportunidades.
“Aun los varones
mejor intencionados y con la autopercepción de ser poco dominantes los
realizan, porque están fuertemente inscritos en su programa de hábitos de
actuación con las mujeres.”
Valorar esta situación puede ser enriquecedor para las mujeres, no así para los hombres
que reconocen su ventaja y entran en el dilema ético de cómo actuar para evitar
esta relación injusta.
Finalmente dejaré para posteriores entradas los diversos tipos de micromachismos: Coercitivos o directos, encubiertos o indirectos y los de crisis.
De todas formas recomiendo el artículo de "La violencia invisible en la pareja" de Luís Bonino Méndez, del cual he extraído esta información. Los fragmentos entrecomillado son palabras textuales del autor que refleja en dicho artículo.
De todas formas recomiendo el artículo de "La violencia invisible en la pareja" de Luís Bonino Méndez, del cual he extraído esta información. Los fragmentos entrecomillado son palabras textuales del autor que refleja en dicho artículo.
4 comentarios:
Antonia:
Con el debido respeto por la opinión ajena, creo que estos postulados no aplican hoy. Considero que lo determinante es el carácter del individuo y que, en función del mismo, el individuo asume una posición de dominador, o de dominado.
Conozco varios casos donde el hombre cuida de los niños y la casa, mientras la mujer trabaja afuera y toma las decisiones.
Como cada persona es singular, las relaciones de pareja tambiéen serán distintas.
Lo que refiere al autor citado es más frecuente en sociedades más conservadoras y poco tiene que ver con la gente más liberal e ilustrada. Al menos, así me consta en mi experiencia como observador.
Por supuesto, el tema excede a un simple comentario.
Un gran abrazo.
Estimado Arturo, no me refiero a personas en particular sino a problemas generales que afectan la vida de hombres y mujeres debido a la cultura patriarcal impuesta. Reconoce los roles de cada sexo y a partir de ahí se pueden ver enormes diferencias entre unos a otras. Tampoco estoy diciendo que los hombres se lleven la mejor parte, pero conocer estos aspectos creo que ayuda a mejorar.
Este artículo o tesis, está escrito por un médico psiquiatra (puedes ver el enlace), yo lo estoy leyendo detenidamente y elaborando un resumen con el fin de divulgarlo para que todos podamos opinar. Así que mil gracias por tu aportación. Siempre bienvenido.
http://www.luisbonino.com/
Una vez más, medito sobre tus escritos. Los enfocas con precisión, claridad y mesura, (sin precipitarte y acalorarte, inteligentemente, que son las facetas que te caracterizan, y lo digo porque llevo años sigiéndote, por eso te digo que me aportas mucho y bueno.
Así que comparto las conclusiones del Dr. D. Luís Bonino Méndez, que es el centro de este escrito, lo que literalmente está entrecomillado, pero, sobre todo, cómo en el último párrafo describes una situación que a través del tiempo, ( con su evolución, más superficial que profunda), la tenemos presente.
Es fundametalmente problema educacional.
Bueno, es mi modestita opinióm, respetando siempre la de los demás.
Me encanta comprobar con la fuerza que muestras tras las vacaciones.
¡Esta es mi amiga Antonia!
¡¡¡GRACIAS!!!
Un abrazo una jartá de fuerteeeeeee
Gracias Mari Carmen por tu opinión. Desde luego el problema es educacional pero hasta que no se modifiquen los parámetros no cambiará el sistema educativo. Es un gran problema que deben solucionar los que están en el poder, pero nosotros, aunque parezca que no sirve para nada, debemos presionar, sobre todo a través de las urnas y aportando nuestro granito de arena para difundir algunas ideas. Es lo que intento. Y sé que tú haces lo mismo. Un beso fuerte.
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