Por cada mujer
cansada de tener que aparentar debilidad,
hay un hombre que disfruta de protegerla esperando sumisión.
Por cada mujer cansada de tener que actuar como una tonta,
hay un hombre que aparenta saberlo todo porque eso le da
poder.
Por cada mujer cansada de ser calificada como "hembra
emocional"
hay un hombre que aparenta ser fuerte y frío para mantener
sus privilegios.
Por cada mujer catalogada de poco femenina cuando compite,
hay un hombre al que no le importa pisar a quien sea con tal
de ser el primero.
Por cada mujer cansada de sentirse un objeto sexual,
hay un hombre que disfruta utilizando a las mujeres para su
placer.
Por cada mujer que se siente atada por sus hij@s,
hay un hombre que disfruta de tiempo libre a su costa.
Por cada mujer que no ha tenido acceso a un trabajo o
salario satisfactorio,
hay un hombre que se aprovecha del trabajo gratuito hecho en
casa y que no mueve un dedo
para reivindicar la igualdad de derechos laborales de la
mujer.
Por cada mujer que desconoce los mecanismos de un automóvil,
hay un hombre que cuando llega en coche a casa tiene mesa y
mantel puesto.
Por cada mujer que da un paso hacia su propia liberación,
hay un hombre que tiene miedo de perder su lugar
privilegiado ante ella.
Por cada mujer que es víctima de violencia en el hogar, hay
un hombre que la ejerce y lo niega,
presentándose como víctima de las "provocaciones"
o el "abuso psicológico" femeninos y
muchos otros que miran hacia otro lado en un silencio
cómplice.
Por cada mujer que confía en que los hombres quieren la
plena igualdad de derechos,
hay cientos de hombres confiando en que “ todo cambie un
poco para que todo siga igual”.
Luis Bonino, Dani Leal, José Ángel Lozoya, y Péter Szil
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