Mi madre con su gatito Acuarela pintada por mí. |
Hay muchísimas mujeres que
merecen un reconocimiento por su lucha en la vida, pero siempre se valora más a
las que han llegado a ejercer influencia en distintos campos: filósofía, física,
arte… Últimamente noto que se hace bastante hincapié en resaltar a las mujeres científicas, será porque ya hay demasiadas para mantenerlas solapadas.
En general, la mayoría de esas mujeres proceden, cada vez menos, de familias
acomodadas y su rebeldía fue la de estudiar y prepararse igual que los hombres,
algo loable, pero que al fin y al cabo, lo que estamos valorando y ensalzando es
el mundo creado por los varones.
La cruda y cotidiana realidad
indica que mujeres valerosas, luchan diariamente por sus hijos y por ellas
mismas. A veces no han tenido acceso a la educación. Y con esas limitaciones
van incluso triunfantes por la vida, pero claro, ese no es un mundo de hombres,
ese trabajo no tiene valor en la sociedad, no produce…dirán.
Ni que decir tiene que sobre ese
trabajo la humanidad avanza, sobre el trabajo gratuito de las mujeres, que por
amor, por abnegación, cuidan de los suyos y a veces solo reciben migajas. Luchan
y sufren sin recursos económicos o emocionales, sin saber siquiera hacia donde
se inclina la balanza. Siempre atentas, siempre dispuestas, derrochando su
salud y como no, su amor. Porque de otra manera sería imposible.
Posiblemente el porcentaje actual
de mujeres que no acceden a la educación es mínimo en los países desarrollados,
pero hace años la situación era al contrario. La mayoría de mujeres ni entraba
en una escuela y a duras penas sabía leer o escribir. Mujeres inteligentes y
sabias que desarrollaron toda su valía en el cuidado de su familia y en trabajar
duramente para que no faltara la comida a sus hijos. Así toda una vida.
Ahora que mi madre me falta, me
doy cuenta de que ella nunca figurará en ningún libro, aparentemente no ha
aportado nada a la humanidad, simplemente será ejemplo para todas las personas
que la queremos y que sabemos cuánto ha luchado por la vida.
Pues va por ella y por todas las que dejaron su vida cuidando a los suyos. Esperando que alguna vez tengan el reconocimiento merecido.